Los escenarios del barril de petróleo por debajo de los 40 dólares han desaparecido después del repunte de las últimas semanas. Las mejores perspectivas de la economía mundial y una demanda mayor de lo previsto han hecho reaccionar al mercado. Es difícil pronosticar cuál va a ser el próximo movimiento. Todos los expertos apuntan que la reunión del próximo mes de la OPEP será la clave para vislumbrar la evolución de los precios durante 2015.
No en vano, el cártel controla casi el 35% de producción mundial y además son los países a los que menos le cuesta extracción de petróleo. La organización estuvo detrás del colapso de precios del año al decidir no reducir su producción pese a la menor demanda mundial y la caída de precio. El aumento de producción de Estado Unidos de crudo, que se duplicó en menos tres años gracias a la extracción de petróleo esquisito procedente del fracking, ha desatado una guerra geoestratégica. Dentro de la OPEP, hay países que están sufriendo a estos niveles, como es el caso de Venezuela o Ecuador, pero quien marca el paso dentro de la organización es Arabia Saudí y no está dispuesto a que le crezca competencia. Por eso ha decidido echar del mercado a los productores más caros si no rebajan su producción.
El ministro de petróleo de Arabia Saudí, Ali al-Naimi, sigue defendiendo defendió mantener la producción de crudo sin cambios y esperar que el propio mercado se estabilice. Desde el país no se cansan de repetir que sigue habiendo un exceso de oferta, con lo que las presiones de sus socios para recortar la producción no tendrán efectos. La producción de Arabia Saudí dentro del cártel supone casi el 30% y mientras no decida mover ficha, aunque el resto de países decida restringir su producción podría absorberla fácilmente. Detrás de su decisión, está la intención de obstaculizar la industria en Estados Unidos y no permitir la entrada de nuevos jugadores como Irán. Su enemigo público en la región está a punto de conseguir que se le levanten las sanciones económicas y bloqueo internacional. Con la tensión en la zona, desatada la guerra en Yemen, los precios bajos dificultaría la entrada de Teherán en el mercado.
Pese a la guerra de precios con Estados Unidos que puso en jaque a la industria del fracking situando los costes de extracción por encima del precio de petróleo, el sector apenas se ha resentido y sigue recuperando los niveles previos. La cotización del petróleo se ha colocado dentro de la horquilla de precios para que el fracking sea rentable, entre 55 y 75 dólares, aseguran los expertos.
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