Cyril Ramaphosa, presidente de Sudáfrica, ha afirmado que su país debe prepararse para un entorno comercial «turbulento», al tiempo que mantiene abiertos los canales de comunicación con Estados Unidos.
La advertencia llega a solo tres días de que entren en vigor unos aranceles del 30% sobre las importaciones sudafricanas, decretados por la administración de Donald Trump.
«La decisión de Estados Unidos subraya la urgencia con la que debemos adaptarnos a los crecientes vientos turbulentos que enfrenta el comercio internacional», ha declarado Ramaphosa este lunes en un comunicado.
Según el mandatario, los nuevos aranceles podrían tener un impacto considerable en la industria nacional, el empleo y las cuentas públicas.
El pasado viernes, Sudáfrica presentó a Washington un paquete de propuestas y demandas propias, que aún están en fase de negociación. «Todos los canales de comunicación siguen abiertos», ha subrayado Ramaphosa, quien insiste en la voluntad del Gobierno de mantener una relación comercial «mutuamente beneficiosa» con EE.UU.
El impacto será especialmente fuerte en los sectores agrícola, textil y automotriz, que hasta ahora se han beneficiado del programa AGOA (Ley de Crecimiento y Oportunidad para África). Esta norma, activa desde el año 2000, ha permitido a los países africanos exportar a Estados Unidos con ventajas arancelarias.
Ramaphosa ha defendido que las exportaciones sudafricanas aportan variedad y ahorro de costes al mercado estadounidense, como en el caso de los cítricos contraestacionales, que no compiten con la producción local. Frente a la amenaza arancelaria, ha reiterado que «la máxima prioridad es proteger nuestras industrias exportadoras».
Sudáfrica prepara ya mecanismos de apoyo para amortiguar el golpe. La Oficina de Apoyo a la Exportación ofrecerá asistencia a empresas, productores y trabajadores para facilitar su entrada en nuevos mercados en África, Asia y Oriente Medio.
Además, el Gobierno acelerará la aplicación del Área Continental Africana de Libre Comercio (AfCFTA) y promoverá nuevas misiones comerciales en regiones estratégicas.
El presidente también ha anunciado un refuerzo del Programa Nacional de Desarrollo de Exportadores, con el objetivo de ampliar el número de empresas preparadas para internacionalizarse.
El trasfondo político ha tensado aún más las relaciones bilaterales. Desde febrero, la Casa Blanca ha suspendido la ayuda económica a Sudáfrica tras acusar al Gobierno de expropiar tierras a la minoría afrikáner y por su postura crítica hacia Israel ante la Corte Internacional de Justicia.
Durante su encuentro en mayo en la Casa Blanca, Trump proyectó un vídeo denunciando un supuesto «genocidio» afrikáner, una acusación que Ramaphosa rechazó de forma categórica.