Telefónica ha renovado hasta 2030 su contrato con Huawei para el núcleo de la red 5G destinada a clientes particulares, según confirmaron fuentes del mercado. La operación se cerró en 2024 bajo la aún presidencia de José María Álvarez-Pallete, con la tecnológica china como suministrador clave en esta infraestructura.
De acuerdo con las mismas fuentes, el bajo precio ofertado por Huawei fue determinante en la decisión. Por el contrario, el núcleo de la red 5G orientado a empresas y servicios B2B fue adjudicado a Nokia, en línea con la estrategia de Telefónica de reducir la dependencia de la compañía china.
El contrato permite que Telefónica gestione los datos de forma encriptada, mientras Huawei aporta el hardware. La compañía ya había anunciado en 2019 que reduciría progresivamente la presencia de Huawei en el 5G, con el objetivo de diversificar proveedores, aunque entonces dejó abierta la puerta a continuar trabajando con ella en áreas como las redes de acceso radio.
El acuerdo se produce en un contexto de recelos internacionales hacia Huawei. Estados Unidos incluyó a la tecnológica en 2019 en la lista de entidades que suponen un riesgo para la seguridad nacional, y la Comisión Europea ha advertido de que Huawei y ZTE representan riesgos sustancialmente mayores que otros proveedores. En julio, Bruselas insistió en que los países de la UE deben «restringir o excluir a Huawei de sus redes 5G».
En España, la situación también ha generado debate. El Ministerio del Interior adjudicó a Huawei un contrato para el almacenamiento y gestión de datos, lo que provocó críticas del Partido Popular y la petición en EE. UU. de revisar acuerdos de inteligencia. Huawei defendió que sus productos cumplen estrictamente con la normativa y que el equipo contratado no tiene acceso a los datos de los clientes.
La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) posee un 10% del capital de Telefónica, tras una operación cerrada en mayo de 2024. Esta participación refuerza el papel del Estado en la compañía en un momento marcado por la presión europea para limitar la presencia de proveedores chinos en el 5G.