Las acciones de Tesla han arrancado la semana con una fuerte caída en Wall Street, después de que su consejero delegado, Elon Musk, anunciara la creación de un nuevo partido político en Estados Unidos. El valor llegó a perder más de un 6% este lunes, con descensos que rozaron el 7% tras la apertura.
A través de su cuenta en X, Musk comunicó la fundación del America Party, una nueva formación con la que busca, según sus palabras, «devolver su libertad» al pueblo estadounidense.
El mensaje vino acompañado de una crítica al sistema bipartidista y a la política fiscal del país: «Por una proporción de 2 a 1, ustedes quieren un nuevo partido político, y es su derecho. En lo que respecta a llevar a la bancarrota a nuestro país con el despilfarro y la corrupción, vivimos en un sistema de partido único, no en una democracia. Hoy, se ha formado el America Party para devolverles su libertad», escribió Musk en la red social.
El anuncio provocó la reacción inmediata del expresidente Donald Trump, quien respondió desde Truth Social calificando a Musk como un «tren descarrilado» y pronosticando el fracaso del nuevo proyecto político. La confrontación entre ambos empresarios se intensifica después de varias semanas de críticas por parte de Musk a la llamada «gran y bella ley» firmada por Trump el pasado 4 de julio.
Durante los últimos días, Musk también había acusado a la administración estadounidense de poner en riesgo la sostenibilidad fiscal del país, criticando el aumento de la deuda pública y sugiriendo que el Departamento de Eficiencia Gubernamental revisara los subsidios estatales concedidos a sus propias empresas.
Esta tensión generó incertidumbre en los mercados, aunque Tesla logró recuperarse brevemente tras presentar una producción trimestral mejor de lo previsto, a pesar de que las ventas quedaron por debajo de las expectativas.
El propio Musk renunció a finales de mayo a su rol como responsable de eficiencia en la Casa Blanca por diferencias con Trump. La crisis política y bursátil se cruza ahora con su ambición de irrumpir en la política estadounidense con un tercer partido.
