Tesla y Samsung han cerrado un acuerdo clave para la producción de chips de inteligencia artificial que se utilizarán en vehículos autónomos y productos de software de Tesla.
La novedad no es solo tecnológica: los chips se fabricarán en Texas, marcando un giro estratégico en la cadena de suministro de la empresa coreana.
Samsung Electronics fabricará los nuevos chips utilizando su tecnología de cuatro nanómetros en la planta de Taylor (Texas).
Esta instalación ha recibido importantes inversiones para convertirse en una pieza central en la reindustrialización de EE.UU. en semiconductores. El acuerdo con Tesla refuerza la posición de Samsung frente a competidores como TSMC o Intel.
Elon Musk ha subrayado que este acuerdo permitirá a Tesla depender menos de proveedores asiáticos y acercar la producción a sus centros de I+D.
«La proximidad geográfica y el control directo sobre nuestra cadena de suministro son esenciales en esta nueva etapa», aseguró el empresario. Tesla utilizará estos chips en sistemas de conducción autónoma, en Dojo y en su software de IA generativa.
La decisión de ubicar la producción en Texas no es casual. Allí se encuentran también instalaciones clave de Tesla, lo que facilitará la integración vertical de procesos.
Además, esta apuesta encaja con la estrategia estadounidense de reforzar la fabricación nacional de chips, en un contexto global marcado por tensiones geopolíticas y restricciones a la exportación.
El anuncio llega en un momento clave para el mercado de los semiconductores, con una fuerte demanda global impulsada por la inteligencia artificial.
Mientras empresas como Nvidia y AMD dominan el sector, Tesla busca diferenciarse desarrollando sus propios diseños, fabricados por socios estratégicos como Samsung. Esto puede representar una ventaja competitiva relevante en la carrera por el full self-driving.