Todo empezó con un reto que parecía nimio: doblar una camiseta automáticamente. Para cualquiera, una tarea cotidiana; para la robótica, una montaña.
La ropa es blanda, impredecible y variable — imposible de manejar con movimientos rígidos preprogramados —, y ese fue el detonante que lanzó a Theker Robotics a pensar diferente.
La idea de Theker nace en Barcelona como respuesta a un problema real en logística y producción: cómo automatizar tareas que hasta ahora requerían miles de manos humanas.
Adaptación en tiempo real
La empresa combina brazos robóticos industriales con visión artificial y algoritmos de IA que permiten a los robots «ver», interpretar y adaptar sus movimientos en tiempo real, sin reprogramaciones constantes.
No fue sencillo pasar de concepto a ejecución. Jiaqiang Ye Zhu y Carla Gómez, con experiencia en ingeniería y grandes compañías tecnológicas, apostaron por entrenar modelos de aprendizaje profundo con vídeo y datos reales para que los robots aprendieran a doblar distintas prendas en condiciones reales de fábrica.
Hoy sus máquinas operan fuera del laboratorio, en líneas de producción con variaciones constantes de tamaño, tejido y forma.
Inversores de referencia
El salto en visibilidad y recursos llegó este verano con una ronda semilla de 21 millones de euros liderada por Kibo Ventures y Kfund, en la que se sumó Inditex como socio estratégico e inversor. Este respaldo no es solo financiero: valida el producto frente a uno de los gigantes globales del sector textil y convierte a Theker en un caso de referencia en deeptech industrial española.
La tecnología de Theker no solo agiliza procesos; abre una nueva capa de valor industrial. En sectores con alta rotación y lesiones por tareas repetitivas, sus robots reducen tiempos de manipulación, errores humanos y costes operativos, sin pretender desplazar trabajadores, sino más bien complementar y reforzar la capacidad productiva.
La visión ahora es clara: convertir Barcelona en un hub global de robótica avanzada, escalando producción, añadiendo nuevos casos de uso —más allá del doblado de ropa— y llevando su plataforma adaptable a sectores como logística, retail y manufactura.
Para sus fundadores, no se trata solo de automatizar una tarea; es demostrar que la IA aplicada a la robótica puede conquistar los últimos reductos donde antes solo había manos humanas.