Eduardo Torres-Dulce ha dimitido por motivos personales, según un escueto comunicado de la Fiscalía General del Estado. Pero detrás de esta decisión hay una áspera relación con el Gobierno desde que fuera nombrado el 27 de enero.
Mientras ha desempeñado su cargo, su trayectoria ha estado marcada por la resistencia mostrada para mantener la independencia de la Abogacía y la denuncia de falta de medios.
Se enfrentó al anterior ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón por la tramitación de la reforma del Código Penal. A su juicio, restaba competencia a la Fiscalía.
Otro capítulo ha sido la actuación de la Fiscalía en el caso Bárcenas y la caja b del partido. Contra el criterio del gobierno para parar las investigaciones, se mantuvo firme y defendió la independencia del organismo.
La dimisión se produce tras la convocatoria del 9-N y toda la polvareda levantada para querellarse contra Artur Mas. Al final la Fiscalía presentó la denuncia, pero sin la forma y en el momento que deseaba Mariano Rajoy.
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