Toyota ha cerrado un acuerdo de colaboración con el gobierno de Shanghái para levantar una nueva fábrica de vehículos eléctricos, que será completamente de propiedad extranjera.
Este proyecto supondrá una inversión de 14.200 millones de yuanes (1.940 millones de dólares) y abarcará actividades de investigación, desarrollo, producción y comercialización de coches eléctricos e híbridos enchufables. La instalación estará enfocada principalmente en la fabricación de modelos premium de la marca Lexus.
Esta será la segunda planta automotriz completamente extranjera en China, tras la apertura de la gigafactoría de la estadounidense Tesla en la misma región, según el diario diario económico Yica. Antes de establecerse por su cuenta, Toyota había colaborado con socios como China FAW Group y Guangzhou Automobile Group.
La nueva planta se ubicará en el distrito de Jinshan, al sur de Shanghái, donde ya se han comenzado los trabajos preliminares. Esta previsto que la construcción se inicie en junio, y se espera que los primeros vehículos salgan de la línea de ensamblaje en 2027, según autoridades locales.
Además, la planta producirá baterías avanzadas desarrolladas por Toyota, con el fin de reducir costes y mejorar su competitividad en el mercado chino. En años recientes, fabricantes extranjeros, incluyendo Toyota, han visto caer sus ventas en China, mientras que las marcas locales, que ofrecen vehículos eléctricos más asequibles, han ido ganando terreno tanto en el mercado interno como en el internacional.