Toyota ha anunciado la construcción de una nueva planta de producción de vehículos en Japón, así como un plan de refuerzo industrial en Estados Unidos.
El anuncio se produjo el mismo día en que la firma presentó sus resultados trimestrales y coincidió con la entrada en vigor de los nuevos aranceles del 15% de EE.UU. a productos nipones.
El beneficio neto de Toyota se redujo un 37% entre abril y junio. La compañía atribuye este descenso al impacto de la nueva política comercial estadounidense, que cifra en 450.000 millones de yenes (2.618 millones de euros).
La nueva planta se construirá en la prefectura de Aichi, y estará operativa a partir de la década de 2030. Será la primera fábrica que Toyota levanta en Japón desde 2012. La compañía busca mantener una producción doméstica estable de tres millones de unidades anuales, a pesar del descenso demográfico que afecta al mercado interno.
«Impulsaremos la producción en Estados Unidos a medio y largo plazo», señaló Takanori Azuma, director financiero de Toyota, en una rueda de prensa posterior a la presentación de resultados. También avanzó la revisión de las políticas de precios como respuesta al nuevo escenario arancelario.
Toyota ha confirmado que continuará con inversiones y mejoras destinadas a aumentar ventas, reducir costes y ampliar beneficios en la cadena de valor. El objetivo es minimizar los efectos de los desafíos externos, entre ellos los aranceles acumulados del 27,5% en el mercado estadounidense, que es clave para el fabricante.
Tokio considera que la aplicación exacta del nuevo arancel aún no está clara, pero el sector automotor ya anticipa un entorno menos favorable.