El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es una fecha para reconocer y celebrar los avances alcanzados en materia de igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, especialmente en el mundo occidental y en España. En las últimas décadas, se han logrado importantes conquistas en ámbitos como la educación, el trabajo, la política y la ciencia, permitiendo que cada vez más mujeres ocupen espacios de decisión y liderazgo.
Este día también invita a una reflexión profunda sobre los desafíos que aún persisten, tanto en nuestra sociedad como en otras partes del mundo donde la igualdad avanza a un ritmo más lento. Entendiendo que la lucha por la equidad es global y continua, el 8M es una oportunidad para poner el foco en España y reflexionar sobre el presente y el futuro de la igualdad en el sector de la tecnología.
Europa, alineada con sus valores de sociedad, busca un equilibrio entre la innovación y la regulación ética. Garantizar una representación equilibrada en este sector no solo es una cuestión de equidad, sino también un factor esencial para la construcción de una sociedad más diversa, más innovadora y también más eficiente.
La inclusión de las mujeres en el sector es, sin duda, una gran preocupación presente y futura en el continente y, también en España. La tecnología se ha convertido en un pilar fundamental que moldea el futuro de nuestra sociedad y continuará desempeñando un papel cada vez más influyente en el futuro próximo, por lo que, garantizar una representación equilibrada de hombres y mujeres en el sector es crucial.
Si ponemos la mirada en el presente, observamos una baja representación de las mujeres en el sector, se estima que por debajo del 20 %, y la cifra es aún menor en los puestos directivos. En España, por ejemplo, sólo el 12,74% de los estudiantes de Ingeniería Informática son mujeres. Por otra parte, el número de las directivas en grandes compañías tecnológicas tampoco pasa ningún filtro de mínima representación. Un estudio de la revista Capital de octubre del 2024 dimensionaba que el 2 % de las CEOs de empresas tecnológicas, son mujeres. Otro informe de ClosinGap del año 2023 indica que solo el 7 % de las rondas de financiación en Europa se otorgaron a equipos fundados por mujeres. En España lo sitúa en un 3 %.
Aunque desde las diferentes instituciones se han promovido políticas de igualdad, es indiscutible, que la tendencia no es muy esperanzadora. No podemos normalizar una sociedad con semejante desequilibrio propio de otras civilizaciones o de otras épocas. Es importante que todos, hombres y mujeres, tomemos conciencia de la relevancia de este problema y apostemos de forma urgente por iniciativas que estimulen la inclusión de las mujeres en el sector tecnológico a todos los niveles, empezando por la educación.