Hace unos días se ha celebrado el Día Internacional de la Mujer y esta fecha siempre es un momento de reflexión para muchas de nosotras. Resulta inevitable hacer un repaso de todo lo que hemos conseguido y vislumbrar el camino que aún nos queda por recorrer en el conjunto de la sociedad. Soy madre de dos niñas y siempre me surge la duda: ¿Ven el liderazgo femenino como algo real y factible para ellas?
En mi caso, siempre les digo que yo partía con las mismas inquietudes cuando tenía su edad. La vida me sorprendió con todo tipo de retos, pero tuve la suerte de tener a mi lado a las personas que me ayudaron a afrontarlos. Como decía el proverbio africano: “Si quieres ir rápido ve solo, si quieres llegar lejos ve acompañado”.
Mi trayectoria profesional ha sido muy peculiar. En 1998 aún no había terminado la carrera y me uní al proyecto de Text100, que llegaba desde Londres para abrir una oficina en Madrid. La tecnología estaba despertando en nuestro país, y desde una pequeña oficina en la calle Princesa hacíamos consultoría de comunicación para empresas como Xerox o Electronic Arts. Sin ir más lejos, realizamos el lanzamiento de Yahoo!, el primer buscador de Internet -cuando Google ni siquiera existía- y el anuncio del primer smartphone con Palm. ¡No tenía ni idea de la revolución que iban a suponer estas tecnologías en el futuro!
Cuando cumplí 29 años acepté tomar las riendas de Text100 como directora, y lo hice porque sabía que no era yo la que se lanzaba a la piscina, éramos todo un equipo. Muchas personas que comenzaron en aquel momento conmigo siguen hoy en la agencia – 20 años después- trabajando en lo que ahora es Archetype, con la misma ilusión y ganas del primer día.
Y juntos, hemos sido testigos de la transformación digital de nuestro país en primera persona. Por ejemplo, con la llegada de Facebook a España de la mano de un joven desconocido llamado Mark Zuckerberg. O con el despliegue de las redes de próxima generación (los antecesores del 5G) con Vodafone en nuestro país, e incluso con el nacimiento de la computación cognitiva a través del superordenador Watson de IBM.
Muchas de estas tecnológicas han cambiado nuestras vidas y las de toda la sociedad, marcando un antes y un después en la forma de entender nuestro mundo. Ninguno sabíamos que íbamos a ser los encargados de explicar esta transformación digital a todo tipo de audiencias y a través de múltiples formatos. Por contar una anécdota, en mis comienzos, las notas de prensa se enviaban por fax y se llevaban de forma presencial a Correos. Hoy en día, la comunicación ha evolucionado mucho, casi tanto como la tecnología; pero sin perder de vista el mismo objetivo de siempre: seguir ayudando a comunicar los grandes cambios de nuestra era, de una forma clara y cercana.
Si me piden un consejo, creo que la clave está –como comentaba al principio- en saber escoger tus compañeros de camino. Sin duda, la labor de un equipo comprometido es lo que me hace seguir hoy aquí, con la misma ilusión de aquel día de 1998 en el que con tan solo 23 años comenzaba a trabajar en una agencia de comunicación desconocida en España.
Y quizá este es el consejo que también podemos dar a nuestras futuras generaciones, mantener ese espíritu emprendedor, con ganas de aprender cada día y de aportar ideas al mundo sin miedo. En este Día Internacional de la Mujer animo a muchas jóvenes a que miren el futuro con confianza (al igual que lo hicimos muchas de nosotras) y sin los límites de un techo de cristal.