El gobierno de Donald Trump ha tomado una decisión relevante al proponer nuevos aranceles sobre las importaciones de semiconductores y productos farmacéuticos. Esta acción, comunicada por el Departamento de Comercio de Estados Unidos, se fundamenta en investigaciones relacionadas con la seguridad nacional que podrían impactar tanto la maquinaria necesaria para producir semiconductores como los ingredientes farmacéuticos.
Las indagaciones están contempladas bajo la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de mil novecientos sesenta y dos, que le otorga al presidente la autoridad para establecer aranceles con el objetivo de salvaguardar la seguridad del país. De acuerdo a varios medios estadounidenses, estas medidas apuntan a aplicar nuevos gravámenes a esos productos importados. La dependencia de Estados Unidos de chips que provienen de naciones como Taiwán y China es vista como un riesgo considerable para la seguridad nacional, según la administración republicana.
Por otro lado, los productos farmacéuticos también están en el punto de mira de estas nuevas decisiones arancelarias. Un gran número de medicamentos consumidos en Estados Unidos son importados desde lugares como Irlanda, India y China, un aspecto que Trump ha subrayado como un asunto que demanda atención. Ha dejado entrever que estas medidas tienen la intención de promover la producción nacional de estos bienes críticos.
El anuncio de estas acciones coincide con los intentos previos del presidente para incentivar la manufactura local. Trump sugirió ayer que esta misma semana se aplicarían nuevas tasas a semiconductores y productos farmacéuticos, con el propósito de fomentar la producción interna. La administración sostiene que el fortalecimiento de la manufactura local es clave para asegurar el suministro de productos sensibles.