Donald Trump ha presentado un plan estratégico con el que quiere posicionar a Estados Unidos como líder indiscutible en el desarrollo de inteligencia artificial.
La hoja de ruta reduce la regulación, impulsa la innovación y rechaza enfoques ideológicos como las corrientes woke, según el propio mandatario.
Trump calificó la IA como una cuestión de seguridad nacional y prometió «hacer lo que sea necesario» para que Estados Unidos gane la carrera global. Según el documento, EE.UU. debe avanzar con mayor rapidez que sus competidores, eliminar trabas burocráticas y evitar que las regulaciones frenen al sector privado.
El plan federal se estructura en torno a tres grandes objetivos:
- Agilizar la innovación y eliminar barreras regulatorias.
- Desarrollar infraestructuras propias de IA.
- Asumir el liderazgo internacional en diplomacia y ciberseguridad.
Además, propone revisar las investigaciones previas de la FTC que puedan frenar el desarrollo tecnológico y recomienda no financiar con dinero público a los estados que mantengan regulaciones «engorrosas».
Trump firmó también una orden ejecutiva que prohíbe la compra de tecnología de IA con sesgo partidista. Criticó expresamente herramientas con orientación ideológica como la teoría crítica de la raza y defendió modelos abiertos alineados con los «valores estadounidenses».
«De ahora en adelante, el gobierno solo tratará con IA que busque la verdad, la justicia y una estricta imparcialidad», declaró.
El plan incluye medidas para ampliar la alfabetización en IA, preparar a los trabajadores ante los cambios que provocará y facilitar el acceso a modelos sin trabas contractuales. «No puedes esperar pagar cada vez que algo entra en esa vasta máquina de inteligencia», señaló Trump.
Marco Rubio, secretario de Estado, «ganar la carrera de la IA no es negociable». Estados Unidos aspira a establecer el patrón de oro en IA y consolidar su hegemonía tecnológica a nivel mundial.