Este lunes, el Consejo de la Unión Europea dio un paso adelante al respaldar la firma del Acuerdo de Comercio Digital con Singapur. Con esta aprobación, la UE se acerca a la ratificación final de un pacto que ahora aguarda el visto bueno del Parlamento Europeo para su plena implementación.
El acuerdo tiene como fin primordial facilitar el intercambio digital entre ambas partes, un tema que cobra cada vez más importancia en el comercio global. Se trata de un convenio que complementa el acuerdo de libre comercio vigente entre la UE y Singapur desde 2019.
Tal y como se detalla en el comunicado del Consejo, se prevé que este pacto refuerce «la protección del consumidor en línea, otorgue seguridad jurídica a las empresas, garantice flujos de datos confiables y aborde las barreras injustificadas al comercio digital». Estas son cuestiones clave para promover un entorno de comercio digital más seguro y eficiente, beneficiando a empresas y consumidores en ambas orillas.
Uno de los objetivos de la Unión Europea es «impulsar la transformación digital y reforzar su seguridad económica». Este nuevo acuerdo se integra en esa estrategia, asegurando que las transacciones digitales se realicen de manera segura y en conformidad con las estrictas normativas de protección de datos ya establecidas en la UE.
Cuando el Parlamento Europeo dé su aprobación, el Consejo de la UE procederá a formalizar el acuerdo. La relevancia de este pacto queda clara al considerar que más de la mitad del comercio de servicios de la UE durante 2022 fue digital, alcanzando cifras de 670.000 millones de euros en importaciones y 661.000 millones en exportaciones.
El comercio digital incluye diversas industrias, desde telecomunicaciones hasta servicios informáticos y otros servicios financieros que suelen ofrecerse digitalmente. Este acuerdo resulta crucial para la UE, dado su «interés fundamental» en consolidar su posición en el comercio digital global y asegurar que las regulaciones de protección de datos permanezcan intactas.
La cooperación con Singapur refuerza la presencia de la UE en el sudeste asiático, una región en notable expansión económica y digital. Las regulaciones acordadas buscan eliminar barreras injustificadas que puedan surgir en el comercio digital, facilitando un flujo más fluido y seguro de información y servicios entre ambos territorios.