Los países de la Unión Europea y la Eurocámara intentan este viernes cerrar un acuerdo sobre el presupuesto comunitario de 2026, que debe incluir margen para responder a crisis imprevistas en un contexto de incertidumbre global y permitir pagar los crecientes intereses de la deuda del fondo de recuperación poscovid.
La flexibilidad fue la idea central de los ministros de Economía y Finanzas de los Veintisiete en la reunión previa al inicio de la negociación final con el Parlamento Europeo, que comenzó hoy y podría prolongarse hasta el lunes, fecha límite para aprobar las cuentas del próximo año.
«Tenemos que asegurar que gastamos el dinero de la UE tan sabiamente como sea posible y también queremos un presupuesto donde haya flexibilidad», afirmó el ministro danés Nicolai Wammen, que dirige la negociación porque su país preside este semestre el Consejo de la UE.
Fondos para nuevas prioridades
Los últimos años —marcados por la pandemia, la guerra en Ucrania, las tensiones comerciales y las emergencias climáticas— han llevado a los Veintisiete a defender que parte de los fondos se mantenga sin asignar y que existan instrumentos financieros ágiles para nuevas prioridades.
La propuesta inicial de la Comisión planteaba 193.260 millones de euros en compromisos, destinados sobre todo a cohesión (71.726 millones) y recursos naturales y medio ambiente, incluidos los fondos agrícolas (56.972 millones). Supone un recorte de 6.000 millones respecto a 2025.
Los Estados solicitaron reducirlos a 186.240 millones, mientras que la Eurocámara pidió elevarlos a 193.900 millones.
Mayores compromisos
Para acercar posiciones, la Comisión preparó un texto de compromiso con ajustes en la reserva agrícola y en los salarios de la administración, que reducirían en 272 millones los pagos e introducirían un aumento «limitado» en algunas partidas.
Según explicó el comisario de Presupuestos, Piotr Serafin, esto daría un margen adicional de 836,7 millones en compromisos, a los que se sumarían 1.800 millones del Fondo de Solidaridad y la Reserva de Emergencias y 362,4 millones del instrumento de flexibilidad.
Los países consideran, sin embargo, que la propuesta no es equilibrada porque no incorpora sus propuestas de ahorro.
Para los Veintisiete, es prioritario reforzar migración, gestión de fronteras, reducir gastos administrativos y cubrir los intereses del fondo de recuperación —4.200 millones en 2026, el doble de lo previsto— mediante reasignaciones del 50% de otras partidas.
Posición española
España comparte esta postura, aunque subraya la necesidad de reforzar programas como Erasmus+, Horizonte Europa y los destinados a la vecindad sur y África subsahariana, según explicó el representante permanente ante la UE, Marcos Alonso. «Apoyamos que los márgenes sean suficientes para poder hacer frente a imprevistos», señaló.
El Parlamento Europeo también reclama más recursos para atender la inestabilidad geopolítica y las crisis globales, y pide aumentar partidas como las destinadas a países vecinos, el Mecanismo de Protección Civil, la ayuda humanitaria, las redes de transporte y energía, así como Horizonte y Erasmus+.
Para la Eurocámara, es esencial que el pago de los intereses del fondo no afecte a otras líneas presupuestarias, por lo que defiende cubrirlos con el instrumento previsto para ello (EURI) en lugar de mediante recortes.
