Los Estados miembros de la Unión Europea no han logrado un acuerdo sobre la propuesta de la Comisión Europea para elevar los tipos mínimos de los impuestos al tabaco e introducirlos por primera vez en productos como los cigarrillos electrónicos.
«Avanzar en esta propuesta es clave para proteger la salud pública y reducir las compras transfronterizas de tabaco y productos con nicotina», afirmó la ministra danesa de Economía, Stephanie Lose, en la rueda de prensa posterior al consejo de ministros de Economía y Finanzas de la UE, donde se abordó por primera vez la iniciativa.
El debate evidenció una fuerte división entre los Veintisiete. Una decena de países —entre ellos España, Francia y Alemania— respaldan firmemente la medida, mientras que otros, con Italia a la cabeza, mantienen reticencias y líneas rojas.
Fuerte confrontación
La propuesta de julio plantea aumentar los tipos impositivos mínimos para el tabaco y extenderlos a nuevos productos, argumentando que los niveles actuales no desincentivan el consumo.
Los mínimos propuestos son del 40% del precio de venta para cigarrillos y puros, 62% para el tabaco de liar, 50% para el de pipa y 55% para el tabaco calentado.
Para el líquido de cigarrillos electrónicos, el gravamen sería del 20% por debajo de los 15 miligramos de nicotina por mililitro y del 40% por encima. Las bolsas de nicotina tendrían un mínimo del 40%.
Estos tipos se ajustarían a los precios nacionales, manteniendo la autonomía fiscal de los Estados siempre que respeten los umbrales mínimos.
Impuesto a los nuevos productos
La Comisión sostiene que la medida actualizaría unos mínimos obsoletos —los impuestos nacionales duplican de media los actuales mínimos— y garantizaría que se graven los nuevos productos con nicotina, especialmente populares entre los jóvenes.
Sin embargo, varios países consideran que los mínimos son demasiado altos, especialmente para los cigarrillos tradicionales, y que su indexación a la inflación nacional generaría desequilibrios. Otros, como Bulgaria y Rumanía, advirtieron de un aumento del contrabando y pidieron reforzar la lucha contra el fraude fiscal.
Por su parte, el ministro de Economía español, Carlos Cuerpo, valoró positivamente la propuesta y confió en alcanzar un equilibrio, pese a los «elementos sensibles» aún por resolver, como la indexación. «La medida persigue principios esenciales: luchar por la salud de los ciudadanos y contra el fraude», afirmó.
La Comisión recordó que los impuestos al tabaco han reducido el consumo un 40%, aunque aún el 24% de los europeos fuma, con 700.000 muertes anuales atribuidas al tabaco. Además, estimó que la reforma aportaría 15.000 millones de euros adicionales en recaudación y ahorraría 6.000 millones en gasto sanitario.
«Esta misma semana la Organización Mundial de la Salud instó a los gobiernos a mejorar el control del tabaco, y esta propuesta nos ayudará a lograrlo», destacó Lose.
