Es una "de las pocas temáticas no cíclicas y permanentes y, por ello, un enfoque para inversores buy and hold" (que apuestan por la estrategia de "comprar y mantener"), señala Clément Maclou, cogestor del fondo CPR Silver Age, del Grupo Amundi. Una cartera de inversión que trata de aprovechar el boom de la tercera edad en Europa.
Explica este experto que el envejecimiento afecta a dos segmentos de consumidores principalmente: los futuros/jóvenes pensionistas, personas de entre 65 y 80 años, con un alto poder adquisitivo e interesados en ocio, salud y gestión de sus activos; y los mayores de 80 años, que necesitan cuidados médicos y soluciones de seguridad.
Así, han encontrado siete sectores temáticos que se beneficiarán principalmente de esta tendencia global: ocio, bienestar, ahorro, dependencia, equipamiento médico, farmacéuticas, dependencia y seguridad.
De hecho, más allá de identificar más de 200 compañías dedicadas a ofrecer productos y servicios para atender a los deseos y necesidades de esta población, Maclou destaca que hay otros grupos que han decidido cambiar su modelo de negocio y adaptarlo, porque estos potenciales clientes son más leales.
Históricamente, añade, las corporaciones relacionadas con actividades ligadas al envejecimiento de la población "han registrado un crecimiento medio superior, tanto en ventas como en beneficios", a la media del mercado.
En este sentido, detalla que el proceso de inversión del CPR Silver Age, una vez determinados estos sectores y compañías, se centra en la búsqueda de las mejores perspectivas de crecimiento (teniendo en cuenta el comportamiento pasado y las previsiones para el futuro).
Después, dentro de cada sector se selecciona las acciones más infravaloradas (siguiendo criterios cualitativos y cuantitativos y contando con la colaboración de expertos). Finalmente, en la construcción de cartera, la ponderación se basa en la dinámica del mercado y el precio objetivo. Llama la atención la "disciplina de venta", con una alerta stop-loss -10% en términos relativos.
Con todo, la idea es conseguir adaptar la cartera a la tendencia y/o situación del mercado. Por ejemplo, en los peores años de la crisis los sectores expuestos a la deuda soberana (como el de gestión de activos) sufrieron y se cambiaron por otros más defensivos, como el farmacéutico.
En 2015, el desglose por sectores muestra una clara preponderancia del ocio (para sacar partido al desplome del petróleo) y el farmacéutico (27% y 25%, respectivamente); se han recogido beneficios en el de equipamiento sanitario (12%) y dependencia (7%); mientras que gestión de activos (17%), bienestar (8%) y seguridad (4%) se mantienen sin cambios.
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