La corrupción toma terreno en el pulso político que mantiene Artur Mas con el Gobierno por la soberanía de Cataluña. La confesión de Jordi Pujol ha desatado consecuencias imprevisibles que salpica al que fuera su partido político, que están aprovechando el resto de fuerzas políticas.
UpyD ha presentado una querella contra Mas por malversación de caudales públicos, blanqueo de capitales y tráfico de influencias. La denuncia se basa en los indicios, que han aparecido recientemente en prensa, que señalan al president compartiendo cuentas corrientes con la familia Pujol en Liechtenstein y haber tenido relación con las empresas de los hijos de Pujol. La querella también va contra varios miembros de la familia Pujol.
La iniciativa judicial se une a la liderada por Podemos. Ayer miércoles Santiago Pedraz admitió a trámite la denuncia parcialmente. La denuncia del partido de Pablo Iglesias se querelló contra toda la familia Puyol. El juez sólo ha aceptado referida Oleguer Pujol y sus supuestos movimientos de dinero desde las Islas Vírgenes para comprar un hotel en Canarias por ocho millones de euros. La Fiscalía también investiga las conexiones de Jordi Pujol Ferrusola con el hermano del consejero de Empresa y Ocupación de la Generalitat, Felip Puig.
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