Las encuestas no fallaron. No hubo un ganador en la primera vuelta de las elecciones en Uruguay y será necesario ir a la segunda vuelta que se celebrará el próximo 30 de noviembre. Los candidatos más votados fueron Vázquez y Lacalle, que obtuvieron un 47% y un 31% de los votos respectivamente.
El partido del actual presidente, el Frente Amplio, era el favorito de estas elecciones pero no consiguió la mayoría suficiente para imponerse sin necesidad de segunda vuelta. Su candidato aseguró que encarará desde este lunes la nueva etapa electoral en busca de la presidencia de la república.
Vázquez es un oncólogo de 74 años, que ya llevó a la izquierda al poder en 2005 y ahora busca seguir las políticas llevadas a cabo por el actual presidente José Mujica que han puesto al país en primera plana de las noticias sobre Latinoamérica. Las normas aprobadas por el actual ejecutivo han sido polémicas en algunos casos como en el caso de la legalización de la marihuana. En el terreno económico han logrado la estabilidad y reducir la pobreza hasta situarla por debajo del 12%.
Lacalle, el candidato sorpresa
Frente al programa de Vázquez se sitúa Luis Lacalle que aunque ha asegurado no ser ni de izquierdas ni de derechas, tiene sobre su espalda la sombra de su padre: Luis Lacalle Herrera. Su progenitor es recordado por haber llevado a cabo las privatizaciones más grandes del país y muchos electores ven que su hijo podría apostar por un programa neoliberal.
Bajo el lema "por la positiva", Lacalle se ha configurado como la revelación de estas elecciones y ha basado su programa en la búsqueda de una mejora de la gestión de Mujica. Sin embargo, sí que ha apuntado que por ejemplo en la legalización de la marihuana daría un paso atrás para aprobar únicamente el autocultivo y no la legalización total.
Ahora, habrá que esperar hasta el próximo 30 de noviembre. En este mes que falta hasta la cita, será importante ver cómo se juegan las alianzas con los partidos que han quedado fuera de esta segunda vuelta. Un baile de apoyos hasta ver quien se convierte en el sucesor del presidente que hizo que Uruguay fuera visto como un ejemplo en la lucha contra la desigualdad.
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