El mercado automovilístico ruso registró en julio su mejor mes del año, con un crecimiento del 34% respecto a junio, hasta alcanzar las 120.650 unidades vendidas, según datos de la consultora Autostat recogidos por el diario Kommersant.
A pesar de este repunte mensual, el sector aún mantiene una caída interanual del 11,4%.
Los analistas explican este repunte por una demanda acumulada que ha reaccionado a descuentos agresivos ofrecidos por concesionarios y distribuidores. También ha influido la reducción reciente de los tipos de interés por parte del Banco Central ruso, que ha facilitado el acceso a financiación.
Además, se han disipado los rumores sobre una posible reentrada de marcas occidentales en el mercado, tras su salida en 2022 debido a las sanciones internacionales por la guerra en Ucrania. El mercado ruso sigue dominado por marcas chinas, aunque estas todavía no generan plena confianza entre los consumidores ni ofrecen servicios de posventa equivalentes.
La marca nacional Lada lideró el mercado con 28.240 vehículos vendidos, un 16,9% más que el mes anterior. Le siguen las chinas Chery (13.500 unidades, +52,4%), Haval (13.120, +43%), Geely (8.390, +36%) y Changan (7.860, +23%).
No obstante, representantes de Lada reconocieron que entre enero y mayo las ventas de la marca cayeron un 26,3 % interanual.
Atribuyen esta bajada a la competencia desleal de las marcas chinas, que habrían reducido artificialmente los precios tras un periodo de caída de ventas y acumulación de inventario.
Los expertos esperan que el ritmo positivo se mantenga en agosto, consolidando la recuperación mensual del mercado, aunque persiste la tendencia interanual negativa.
