Kering ha anunciado un descenso del 14% en su facturación del primer trimestre de 2025, alcanzando unos 3.883 millones de euros. La razón principal detrás de esto es el rendimiento de Gucci, que ha sufrido un desplome en sus ventas.
La debilidad en el mercado chino está pasando factura a la marca italiana lo que ha llevado a que sus ventas se desplomen un 24% en comparación con el año pasado, bajando hasta los 1.571 millones de euros.
Yves Saint Laurent también ha visto caer su facturación un 8%, mientras que Bottega Veneta sorprendió con un crecimiento del 4%. En conjunto, las otras marcas de Kering experimentaron un retroceso del 11%.
La región Asia-Pacífico fue la más afectada, registrando una reducción del 25% en ventas. Europa Occidental y Norteamérica también sintieron el golpe, ambos con un descenso del 13%, mientras que Japón vio caer sus cifras un 11%.
«Como esperábamos, Kering ha tenido un inicio de año complicado», ha explicado François Henri Pinault, presidente de Kering. El directivo ha subrayado que el grupo está «plenamente enfocado» en reestructurar sus marcas y prestar atención a «las inestabilidades macroeconómicas que afectan a nuestro sector».
Gucci, que en el pasado llegó a suponer casi la mitad de los ingresos del grupo, se enfrenta a una crisis que se ha prolongado, a causa de su dependencia del mercado de lujo en China. Para darle un nuevo aire a la marca, Kering ha designado a Demna Gvasalia como su nuevo director artístico.