La gestora Amundi relató el pasado jueves cuáles son los retos y oportunidades del mercado en el momento actual. Para ello, Pascal Blanqué, Director de Inversiones del Grupo y Jean-Jacques Barbéris, Director de Clientes Institucionales y Corporativos & ESG, presentaron las perspectivas de mercado de Amundi para el segundo semestre del año y destacaron los principales temas a los que se enfrentarán los inversores en el futuro.
Un cambio de paradigma
El primer punto en que se centró Blanqué fue en un cambio de régimen al que estamos asistiendo en el mercado.
Y es que en estos momentos la viejas narrativas se están entremezclando con las nuevas en materia de crecimiento e inflación, revolución tecnológica y política monetaria.
Así, en base al aumento de precios, desde la gestora expresan que las consecuencias deflacionarias de la crisis de 2008 han ayudado a construir la narrativa del estancamiento secular. Las presiones inflacionistas derivadas del proteccionismo, la alteración de la cadena de valor posterior a Covid-19 y la monetización de la deuda están impulsando el nuevo camino de vuelta a la narrativa de los años 70.
En lo que respecta la disrupción tecnológica, Blanqué destaca que mercado está viendo el extraordinario rendimiento de los grandes valores tecnológicos pero advierte que es difícil imaginar que el aumento de la productividad pueda explicar una trayectoria acelerada de crecimiento de los beneficios por encima de la tendencia. “Lo más probable es que la confirmación de que el crecimiento de la productividad lento lleve al estallido de la burbuja y al resurgimiento de la narrativa del estancamiento secular”.
Acciones y bonos, caros en términos absolutos
El entendido de la gestora sentencia además que en el momento que estamos viviendo, las acciones y los bonos están caros en términos absolutos, y el único valor que queda en el mercado actual es el valor relativo.
“Tanto los bonos como la renta variable están caros frente a sus niveles de equilibrio dentro del actual régimen macrofinanciero, con un equilibrio estimado en relación con los fundamentos reales, como el crecimiento, la inflación o los beneficios. En la medida en que prevalezca el factor monetario, es probable que esta fase continúe a corto plazo”, considera en su presenctación.
En lo que respecta a los bonos, Amundi apunta por ir más allá de los índices de referencia y en la renta variable, señala que debemos jugar con el factor de la inflación. “En los años 70, la renta variable obtuvo malos resultados, mientras que las materias primas fueron los activos más remunerativos. Para 2021, nuestro modelo prevé el paso de un régimen deflacionista a uno normal, siendo los activos alternativos especialmente atractivos y el riesgo de pasar a un régimen inflacionista”, aclaran.
El momento de creciente inflación
Y justo a este respecto, el de la subida de precios, el entendido de Amundi considera que estamos en todo en un punto de inflexión donde esta inflación ha llegado ya a EEUU pero que realmente está tocando todos los rincones.
Fuente: Amundi
Además de la generalidad del aumento del IPC, desde Amundi consideran que la inflación de los alimentos ha aumentado y está impulsando la inflación en los países donde la factura de las importaciones de alimentos es relevante. “En la mayoría de los mercados emergentes, los alimentos representan una gran parte de la cesta de la inflación. El coste del transporte de mercancías desde China a Europa y Estados Unidos se ha disparado, desde enero de 2020, debido a una combinación de escasez de contenedores y recuperación de la demanda de los consumidores”, insisten.
Fuente: Amundi
Y es que esta situación se acompaña con una alta volatilidad en los mercados de renta variable. Este movimiento se ha reflejado en las criptodivisas, que se han visto envueltas en la volatilidad. “El tipo de cambio del bitcoin con respecto al dólar estadounidense se ha reducido casi a la mitad en un mes. Lo que confirma su carácter especulativo”, expresan.
Los riegos del contexto actual
En este panorama de volatilidad, inflación y cambio de paradigma, no es de extrañar que los expertos de la gestora conciban ciertos aspectos que pueden complicar a inversores y mercados.
De riesgo más alto, la gestora insiste en las fricciones entre las grandes potencias como EEUU, China, Rusia y la UE y también los movimientos entorno a la inflación y las expectativas.
Como riesgos medios, contemplan los errores políticos y los impagos de las empresas que provocan inestabilidad financiera. De forma más leve, resaltan la distribución desigual de las vacunas que provoque brotes fuera de control en el medio plazo.
1970-01-01 00:00:00