La Federación de Taxistas de Nueva York advirtió a la gobernadora Kathy Hochul, al alcalde Eric Adams y a los legisladores que paralizarán la ciudad si no detienen el funcionamiento de los robotaxis de Waymo, que comenzaron a circular el pasado lunes en fase de prueba.
«Los vehículos autónomos son un cáncer que hay que erradicar», afirmó Fernando Mateo, portavoz de la Federación, quien alertó de que 200.000 taxistas podrían perder su empleo, lo que afectaría a más de un millón de personas que dependen de esta actividad. Mateo subrayó que, si las autoridades no frenan la entrada de Waymo, «vamos a parar la ciudad» dejando de trabajar en los cinco condados.
Nueva York otorgó los primeros permisos de prueba a Waymo, empresa propiedad de Alphabet, matriz de Google. Los vehículos comenzaron a operar en sectores de Manhattan y Brooklyn, aunque la normativa exige que un especialista capacitado permanezca al volante en todo momento.
En otras ciudades de Estados Unidos, como San Francisco, Los Ángeles o Phoenix, los robotaxis ya funcionan de manera comercial. Además, la compañía opera en Austin y Atlanta a través de la aplicación Uber y planea llegar a Washington DC en 2026.
El portavoz de los taxistas advirtió que los robotaxis representan un riesgo para la seguridad de los neoyorquinos. «La ciudad de Nueva York tiene el tráfico más concurrido e impredecible del mundo.
Nuestras calles están llenas de escolares, personas mayores, repartidores, policías, bomberos y servicios médicos de emergencia, que dependen de conductores humanos capaces de tomar decisiones instantáneas que salvan vidas. Ningún robot ni algoritmo puede replicar eso», aseguró Mateo.
Los manifestantes desplegaron pancartas con lemas como «No a Waymo» o «Waymo no es bienvenido aquí» durante la protesta, en la que insistieron en que el despliegue de taxis autónomos pone en riesgo tanto el empleo como la seguridad en la ciudad.