Banco Santander ha reinventado la experiencia bancaria con Work Café, un modelo híbrido que combina servicio financiero, coworking y café de especialidad. La idea rompe con el concepto tradicional de sucursal: el cliente ya no tiene que ir al banco, sino que elige ir.
Desde su creación en 2016 en Chile, la red se ha extendido a nueve países y más de 220 espacios, incluidos Estados Unidos, Brasil, Portugal o Reino Unido. En España, ya hay 97 establecimientos operando en todo el país, 64 dentro de campus universitarios.

Cultura, conexión y café
Cada espacio respira una atmósfera distinta: maderas cálidas, luz natural, zonas de descanso, pantallas digitales y una cafetería de especialidad atendida por baristas. Pero lo que realmente distingue al modelo es su cultura de comunidad.
En los Work Café se celebran charlas, talleres, sesiones formativas o presentaciones de proyectos. Iniciativas como Santander Smart Talks los convierten en plataformas para el emprendimiento y la innovación.

Tecnología y cercanía
El concepto también redefine la atención bancaria: sin colas ni trámites. Los usuarios pueden gestionar productos, concertar citas o hablar con su gestor desde la app o por teléfono, con atención 24/7.
Las zonas de coworking y salas de reuniones se reservan online a través de workcafe.es, la nueva plataforma digital recientemente lanzada que centraliza servicios, eventos y gestión de espacios.

Espacios pensados para crecer
Además de ofrecer un entorno flexible para trabajar, los Work Café impulsan la difusión de proyectos emprendedores, con pantallas y tablones para compartir ideas y conectar con otros usuarios.
«Queremos crear un ambiente más libre, sin rutinas encorsetadas. Y eso no solo cambia el método de trabajo, sino la relación con nuestros compañeros y clientes», explica Gorka Lázaro, responsable de la iniciativa.

Un modelo global con impacto local
El éxito del Work Café refleja la esencia del modelo One Santander: una visión global con presencia local, adaptada a las comunidades donde opera. En Madrid, Barcelona o Bilbao —y en decenas de campus—, se ha convertido en un punto de encuentro entre estudiantes, profesionales y emprendedores.
La oficina bancaria del futuro ya no es un lugar de gestiones, sino un espacio donde las ideas se cruzan, las personas se encuentran y el café impulsa nuevas conexiones.