Al cierre del pasado ejercicio el Banco Central Europeo ha registrado los mayores números rojos de su historia registrando unas pérdidas de 7.944 millones de euros, lo que supone seis veces más que las obtenidas en 2023.
Aunque el pasado año, el resultado fue similar, 7.886 millones, el organismos europeo contaba con unas provisiones para riesgos de 6.620 millones que aplicaron de do forma íntegra reduciendo la cifra a 1.266 millones para este año el plan no contaba con ningún fondo para subsanar los números.
Desde el banco europeo han anunciado que estas pérdidas serán subsanadas con beneficios futuros tras incluirse en el balance del BCE y que, como consecuencia, este año no se repartirán dividendos entre los bancos nacionales.
Según informa el BCE, los dos últimos años han roto la tendencia de muchos años de obtención de beneficios y como consecuencia de las políticas monetarias implantadas en la zona euro ante la necesidad de mantener la estabilidad de los precios. Con el objetivo de combatir la inflación en todo el Eurosistema, la entidad presidida por Christine Lagarde se ha volcado en la adquisición de activos financieros que se han materializado en el aumento inmediatos de los gastos por intereses.
Además, el banco ha avisado que durante los próximos años podría seguir registrando pérdidas si bien deberían ser menores a las de estos dos pasados ejercicios. «Posteriormente, se espera que el BCE vuelva a obtener beneficios», afirma la entidad en un comunicado emitido.
«Su solidez financiera se ve subrayada además por su capital y sus considerables cuentas de revalorización, que sumaban un total de 59 mm de euros a final de 2024, 13 millones de euros más que a final de 2023», aseguran.
