La evolución de las materias primas, especialmente el petróleo, se torna clave para unos mercados que vigilan de cerca la inflación por sus implicaciones en la política de los bancos centrales. Tras años de miedo a la deflación, los precios, de la mano de Trump y sus políticas pro-crecimiento y del acuerdo de reducción de la producción de OPEP y ‘no OPEP’, se han acelerado y presionan a las autoridades monetarias, tensando a unos mercados que nunca parecen listos para sus ‘estrategias de salida’ de los estímulos. “Más coyuntural que estructural”. Así definen el repunte del IPC desde Renta 4. Y es que, recordemos, hace apenas un año el crudo marcaba mínimos multianuales en torno a los 32 dólares, que contrastan claramente con los 55 a los que cotiza aproximadamente el Brent en estos momentos. Por ahora, el grado de cumplimiento de la OPEP y el resto de productores, que acordaron en diciembre reducir la oferta en cerca de 1,8 millones de barriles diarios durante la primera mitad de 2017, se acerca al 93%, lo que apoya unos precios más altos. Sin embargo, los expertos aún son escépticos respecto a este respaldo para las valoraciones. Techo y suelo Primero, porque desconfían del cártel por experiencias pasadas. Y, segundo, porque el propio incremento ‘anima’ al fracking estadounidense, “lo que retrasaría el objetivo de equilibrar el mercado. Es por ello que entendemos que a la OPEP tampoco le interesa que el petróleo se dispare al alza, ya que ello les supondría una importante pérdida de cuota. Nuestra opinión es que el precio del barril se va a estabilizar por un tiempo entre los 50 y los 55 dólares, niveles a los que aparentemente todos los ‘jugadores’ parecen satisfechos”, apunta Link Securities. En este sentido, ABN Amro explica que parece estar formándose un “suelo ante la reducción de la producción y un techo ante la aceleración del esquisto norteamericano”. Así, la firma apunta a un precio medio del Brent de 50 dólares en el primer semestre (antes 55) y no descarta caídas temporales hacia los 45. Mientras, desde Saxo Bank creen que la valoración media del petróleo “podría aumentar hasta los 54 dólares por barril en 2017, desde los 45 dólares en 2016. El pico del año, alrededor de 60 dólares por barril, probablemente lo veremos durante el segundo trimestre, después de lo cual, el aumento de la producción estadounidense y la no ampliación de los recortes de producción de la OPEP harían que el mercado se estableciera en un rango”. ¿Y las empresas? 50-60 dólares, lejos de los 100 dólares a los que estaban acostumbradas las compañías petroleras no hace tanto. Y, aún así, tras recortes y reestructuraciones, suficientes ya, según Fitch, para que el flujo de caja de estas corporaciones logre equilibrarse este 2017. “Según nuestro análisis preliminar, Shell, Total y BP deberían ser capaces de cubrir sus capex y dividendos en efectivo procedentes de los flujos de caja operativos si el precio medio del petróleo se sitúa entre los 50 y los 60 dólares este año (…) con la segunda en la parte baja del rango y la tercera en la alta”, afirman. Ahora bien, la firma reconoce que la reciente recuperación del crudo debe demostrar “no ser de corta duración”, pues un escenario de 40-45 dólares podría hacer que fuera necesario reducir la remuneración al accionista o las inversiones, si estas empresas quieren defender su calidad crediticia. Un ejemplo es ConocoPhillips, que a diferencia de las europeas no cuenta con downstream para soportar sus flujos de efectivo, y ya cuenta con un breakeven en los 50 dólares, tras recortar dividendos (60%) y capex (70%). Mientras, sus ‘compañeras’ del Viejo Continente han sido menos radicales apostando por scrip, y rebajando inversiones en un 40%. “El Ebitda normalizado por barril de las grandes petroleras europeas cayó un 23% de media en 2016, superando la contracción del Brent del 17%, debido a que estas compañías también se vieron presionadas por la debilidad de los márgenes de refino y comercialización. Creemos que el pasado ejercicio supuso el punto más bajo del ciclo, y sus resultados deben mejorar gradualmente con la escalada de los precios del petróleo, la reducción de costes y una mejor disciplina de gasto”, concluyen estos expertos.
hemeroteca