Meta ha realizado el que muchos ya califican como el fichaje más caro del año en inteligencia artificial. Aunque se llevaba especulando algunos días, desde que se anunció la inversión, ahora es oficial.
La compañía dirigida por Mark Zuckerberg ha invertido 14.300 millones de dólares en Scale AI, una startup especializada en tratamiento de datos para sistemas de IA, y ha incorporado a Alexandr Wang, su cofundador y consejero delegado, para dirigir el nuevo equipo interno centrado en superinteligencia.
Wang seguirá como miembro del consejo de Scale AI, pero dejará el día a día de la empresa que fundó con solo 19 años. Su llegada a Meta representa un giro estratégico para la matriz de Facebook, que históricamente ha priorizado el crecimiento interno frente a las grandes inversiones externas.
El fichaje sitúa a Meta en una posición más cercana a Amazon, Google y Microsoft, que llevan meses captando talento y cerrando alianzas con líderes del sector.
Una apuesta por el talento fundador
La operación se enmarca en un movimiento cada vez más común en Silicon Valley: las adquisiciones centradas en talento, conocidas como acqui-hires. Pero Meta no ha comprado Scale AI, sino que ha adquirido una participación del 49% a través de acciones sin derecho a voto, dejando la estructura de control en manos del equipo fundador.
La valoración resultante supera los 29.000 millones de dólares, con Jason Droege —actual director de estrategia— asumiendo el rol de CEO interino.
Wang se une al recién creado equipo de superinteligencia dentro de Meta, una unidad que, según fuentes internas, funcionará como aceleradora transversal de proyectos de IA en todos los productos del grupo.
Su perfil técnico y su experiencia directa con empresas como OpenAI, Meta o Nvidia, a quienes Scale ha dado servicio, lo convierten en uno de los talentos más codiciados del ecosistema tecnológico actual.
«La inversión de Meta reconoce los logros de Scale hasta la fecha y reafirma que nuestro futuro—como el de la IA—no tiene límites», ha afirmado Wang al confirmar su incorporación.
Con esta operación, Meta abandona su política de contención en el mercado de startups tecnológicas. Hasta ahora, la compañía había rehusado hacer grandes inversiones directas, centrando sus esfuerzos en el desarrollo interno de tecnología.
La presión competitiva del sector y el auge de la inteligencia artificial generativa han obligado a Zuckerberg a mover ficha.