Las nuevas fragatas, ocho de las cuales se construirán en astilleros australianos, estarán equipadas con un sistema de lanzamiento vertical de 32 celdas, misiles tierra-aire y misiles antibuque.
«La fragata clase Mogami ayudará a asegurar nuestras rutas comerciales marítimas y nuestros accesos al norte como parte de una flota de combate de superficie naval más grande y más letal», ha explicado el ministro de Defensa, Richard Marles.
El valor total de la operación asciende a 10.000 millones de dólares australianos, lo que equivale a unos 6.400 millones de dólares estadounidenses o cerca de 5.600 millones de euros.
El Gobierno australiano también ha anunciado su intención de aumentar progresivamente el gasto militar hasta alcanzar el 2,4% del PIB, por debajo de la demanda de Estados Unidos, que aspira a un 3,5%.
Para Japón, se trata de su mayor venta exterior de equipamiento militar desde que en 2014 eliminó el veto a las exportaciones en este ámbito. Gen Nakatani, ministro de Defensa japonés, ha destacado: «Se trata de un gran paso que eleva nuestra cooperación en seguridad con Australia, como socios estratégicos, a nuevas cotas».
También ha subrayado que esta venta refleja la confianza en la tecnología militar nipona y la creciente interoperabilidad entre ambos países.
Pat Convoy, ministro de Industria de Defensa australiano, ha afirmado: «Estamos dando otro paso hacia la creación de una Armada mucho más grande y letal, con fragatas que tranquilizarán a nuestros aliados y disuadirán a nuestros adversarios». La entrega del primero de estos buques está prevista para 2029.
El contrato se formalizará a comienzos del próximo año, según fuentes oficiales