Bitcoin, la liquidez y un 2026 de vértigo: ¿romperá máximos y comenzará la altseason?

Los estímulos previstos para 2026 y el papel de Bitcoin como indicador temprano del ciclo financiero podrían desencadenar nuevos máximos.
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Bitcoin tocó máximos históricos en el inicio del mes de octubre, cuando superó los 126.000 dólares. Desde entonces una corrección del 30% ha llevado al activo a bajar por debajo de los 85.000 dólares. Una volatilidad habitual para la criptomoneda. Pero, lo más interesante estaría por llegar (o eso parece).

Bitcoin y la liquidez

En estas últimas semanas se ha hablado mucho sobre la correlación de Bitcoin con la liquidez. No solo eso, sino también de Bitcoin como un indicador de cómo está la liquidez a nivel global. Así que primero vamos a ver qué hay de ello en detalle porque será lo que marcará las perspectivas del 2026.

En un artículo de opinión reciente en el Financial Times titulado La señal de advertencia de la caída de Bitcoin, Katie Martin señala que la evolución del precio de Bitcoin y de los activos digitales en general se está convirtiendo en un indicador temprano de inestabilidad en los mercados.

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Según explica, estos movimientos ofrecen a los inversores, especialmente a los que operan con apalancamiento, una señal previa de que la liquidez empieza a estrecharse. Además de lo dicho por Martin, Yves Bonzon, Chief Investment Officer (CIO) de Julius Baer, ya aseguró hace unos días «que los activos digitales figuran entre los segmentos más sensibles a los cambios de liquidez en el sistema financiero».

Ojo, ellos no son los únicos que apuntan a ese papel de Bitcoin. Esto es lo que decía Javier Molina, analista de eToro: «Desde la óptica macro, bitcoin vuelve a actuar como el canario en la mina del sistema financiero. No es refugio, sino el primer activo en detectar el agotamiento de la liquidez global. El ajuste de tipos, la toma de beneficios y el endurecimiento financiero han acelerado el cambio de fase».

En este contexto, señala Molina Bitcoin es «la frontera de la liquidez y la especulación, el primero en caer cuando el ciclo se agota y el primero en anticipar una futura respuesta de los bancos centrales».

¿Qué importancia tiene esta similitud?

Lo cierto es que, de ser así, y ver a Bitcoin como un activo que se comporta parejo a lo que ocurra con la liquidez. Entonces, los ojos tienen que estar en lo que pase con los bancos centrales en los próximos meses.

Cabe señalar que esto no es algo nuevo. De hecho, cuando las políticas monetarias son más acomodaticias y el escenario económico es de crecimiento sostenido, los activos de riesgo como Bitcoin y las acciones suelen comportarse bien.

Lo que hemos presenciado en los últimos años es curioso e histórico. Tras la pandemia se produjo la creación de liquidez más fuerte de toda la historia. Como consecuencia de ello, la inflación se disparó hacia niveles que no se veían desde la década de los 80. Por eso, la Fed, el BCE y otros tantos tuvieron que empezar a subir tipos e ir retirando liquidez de mercado.

Desde 2022 y hasta finales del 2025 la Reserva Federal ha estado retirando dinero de mercado hasta hacer que el balance pasara de 9 trillones a unos 6,5. Ahora bien, desde el pasado 1 de diciembre la Fed ha dejado de retirar liquidez del mercado para dejarlo en el punto actual.

¡Ojo a los estímulos del 2026!

Una vez que tenemos clara la situación de la liquidez y su impacto en Bitcoin, cabe señalar lo que se avecina el próximo ejercicio económico. A partir de febrero de 2026, se proyecta que aproximadamente 150 mil millones de dólares en nuevos estímulos fluyan a los hogares estadounidenses a través de mayores reembolsos de impuestos y cambios en las políticas. Esto representa un apoyo casi similar al de la pandemia, y llega justo cuando los hogares se ven presionados.

«Al combinarse con el paquete fiscal más amplio para 2026, además de una Reserva Federal que podría bajar las tasas y prepararse para pasar de la reducción del balance a una expansión gradual, el contexto podría volverse más favorable para el gasto y los activos de riesgo. Una mayor liquidez y una menor carga fiscal tienden a beneficiar especialmente a las empresas más pequeñas y sensibles al consumo», explica Lale Akoner, la analista Global de Mercados de eToro.

Todo esto unido dibujan el siguiente escenario: si 2026 será un año con más estímulos fiscales y monetarios y Bitcoin está mostrando una gran correlación con ambos, entonces Bitcoin debería perfilarse como un activo ganador el próximo año.

Esto supondría un hecho clave en su corta historia: la ruptura de los ciclos de cuatro años. Hasta la fecha, Bitcoin ha estado muy influido por los procesos de halving, que se daban cada cuatro. De ser así, el ciclo actual debería haber finalizado en 2025 pintando un 2026 bajista.

Sin embargo, 2025 está siendo un año lateral e incluso bajista, si se computa el resto de mercado cripto (cuando debería haber sido el más alcista del ciclo). De trasladar ese movimiento al 2026, entonces Bitcoin pasaría de ser un activo cíclico a ser un activo mucho más similar a las acciones.

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