Un pacto global para la reducción de las emisiones de energías fósiles y para el combate contra la pesca ilegal y la de arrastre han sido puntos pendientes de la Cumbre de la ONU de los Océanos (UON3) de Niza, que concluye este viernes, consideraron expertos climáticos.
Asimismo, los compromisos financieros tampoco han sido los esperados. Entre las principales inversiones públicas, la Unión Europea (UE) anunció un plan sobre los Océanos dotado con 1.000 millones de euros (unos 1.152 millones de dólares). Los microestados del Pacífico más afectados por la polución marina se han quejado de la lentitud en la llegada de recursos financieros, algo que tampoco ha quedado resuelto en Niza.
Energías fósiles:
«Lo que vimos a lo largo de toda la conferencia fue una dificultad persistente para incluir el tema de los combustibles fósiles en la agenda oficial y en los eventos paralelos», criticó Bruna Campos, responsable de Campañas de Gas y Petróleo Offshore del Centro para el Derecho Ambiental Internacional (CIEL).
La emisión de energías fósiles está asociada a un aumento global de las temperaturas y, por lo tanto, de la subida del nivel de los mares por el deshielo de los polos.
«La subida del nivel del mar se ha convertido en la principal amenaza para nuestra existencia y la mejor manera de combatirla es luchar contra las emisiones de CO₂, porque esa es la solución más simple ante el cambio climático», estimó durante la cumbre el primer ministro de Tuvalu, Feleti Teo.
En el mejor de los escenarios de aumento de las temperaturas para 2050 (los 1,5 °C del Acuerdo de París de 2015), las nueve islas coralinas de Tuvalu sufrirán inundaciones cada vez más frecuentes que, ya en 2050, podrán cubrir hasta el 60 % de la isla principal durante tormentas o mareas.
Pesca ilegal y de arrastre:
«No es que la pesca ilegal haya quedado en un segundo plano, es que ha quedado mucho más atrás», lamentó el experto en biología marina de la ONG Oceana, Michael Sealey.
A pesar de los esfuerzos del anfitrión de la cita, Francia, y de otras potencias pesqueras europeas, como España, el impulso al combate global a esa pesca ilegal, no declarada y no reglamentada quedó en el limbo en Niza.
Se estima que al menos el 15 % de las capturas de pescado provienen de pesca ilegal. Para Francia, esta actividad «viola los derechos humanos» de quienes trabajan en ella y «destruye» a los sectores que sí cumplen las reglas.
Según Sealey, aunque hay países como España con un sistema robusto de control pesquero, otros Estados lo hacen mejor que gran parte de Europa.
Durante el cierre de la conferencia, Olivier Poivre d’Arvor, enviado especial del presidente francés Emmanuel Macron para la UNOC3, pidió a China más implicación en el combate a la pesca ilegal.
Sobre la técnica del arrastre, dañina para el lecho marítimo, el sentimiento de los expertos fue también poco optimista, pues tampoco hubo consenso para avanzar a un control global.
El Reino Unido anunció una prohibición de este tipo de pesca, mientras que Francia aseguró que es «buen alumno», a pesar de que se le acusa de seguir usándola. Indicó que solo 40 embarcaciones francesas practican el arrastre, frente a flotas más numerosas de Italia o España.