El Producto Interior Bruto (PIB) de Japón aumentó en 2024 un 0,1%, logrando un crecimiento por cuarto año consecutivo. Sin embargo, la inflación y salarios estancados están suponiendo un desafío para la economía nipona.
Japón ha perdido su tercer puesto como mayor economía mundial y ha visto cómo su producto interior bruto nominal ha sido superado por Alemania en 2023. Esto ha relegado al país asiático a la cuarta posición internacional, tras años de bajo crecimiento y períodos de deflación. La depreciación del yen ha jugado un papel crucial en esta caída, ya que convierte su economía a dólares.
En 2024, la economía japonesa experimentó un leve crecimiento del 0,1%, impulsado principalmente por un incremento en las exportaciones y la demanda de consumo familiar, a pesar de las complejidades internas.
Durante el último trimestre de 2024, el PIB japonés creció un 0,7% en comparación con el trimestre anterior. Este aumento fue impulsado por el crecimiento de las exportaciones y una mayor inversión privada no residencial, superando las expectativas del mercado.
En términos anuales, la economía japonesa creció un 1,2% en el último trimestre de 2024, con un incremento del 1,1% tanto en el consumo privado como en la demanda de los hogares. Sin embargo, el consumo privado aún no se ha recuperado completamente desde la pandemia, lo que sigue representando un desafío para la economía.
Ryosei Akazawa, ministro de Economía de Japón, se ha mostrado optimista sobre una recuperación económica moderada en medio de riesgos externos. Akazawa subrayó la importancia de considerar factores como el aumento de los precios de los productos básicos, que podrían impactar el consumo.
La política monetaria extremadamente flexible del Banco de Japón ha llevado a una depreciación del yen, lo que contrasta con las subidas de tipos de interés de otros bancos centrales importantes. A pesar de esto, el yen sigue siendo visto como una inversión segura, apreciándose durante momentos de turbulencia en el mercado debido a su estabilidad percibida.