En concreto, ha adjudicado 730 millones de euros en Letras a tres meses, con una rentabilidad del 0,209%, frente al 0,080% del mes pasado. Por su parte, la demanda ha superado en 3,2 veces la oferta, superando las 3,1 veces anteriores.
Asimismo, ha vendido 1.820 millones de euros con vencimiento a nueve meses, a un tipo del 0,382%, por encima del 0,304% previo; se trata del nivel más alto desde mayo. Al mismo tiempo, las peticiones ha superado en 2,7 lo emitido, frente a la demanda de 1,8 veces de la subasta anterior.
Rodrigo García, analista de XTB, señala que "el incremento de los costes de financiación no supone un gran problema para la financiación del Estado español ya que la diferencia ha sido apenas imperceptible. Con la prima de riesgo pivotando en niveles de 120 puntos, estamos convencidos de que el mayor problema en materia de financiación estatal no son los tipos de interés sino la brutal cantidad de capital emitido, que en estos momentos no está lejos del 100% del PIB".
Este jueves, el Tesoro celebrará la última subasta de 2014 y se ha marcado como "meta" la captación de un máximo de 2.500 millones de euros, en obligaciones a 2019 (cupón del 4,60%), a 2023 (cupón del 4,40%), y a 2014 (cupón del 2,75%). En lo que va de año ha adjudicado 134.064 millones en bonos a medio y largo plazo, cubriendo un 103,7% de su objetivo de emisiones para todo el año.
Un contexto poco propicio y una advertencia de S&P
Suben los costes en esta adjudicación a corto plazo en un momento en el que las bolsas "sufren" ante los temores que despiertan las consecuencias de la caída del precio del petróleo en Rusia. Cuya divisa y mercado están sufriendo una sangría que trae a la mente de los inversores los fantasmas de la crisis que sufrió el país a finales de los 90.
Asimismo, no debemos olvidar que la agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s ha advertido que "tras media década de ajustes (…) los desequilibrios de la zona euro siguen siendo significativos".
En concreto, la firma llama la atención sobre el hecho de que España, Italia, Grecia y Portugal deberán 1,85 billones de euros a no residentes en la región a finales de este año, frente a los 875.000 millones de hace diez años. Mientras que Alemania, Holanda y Bélgica, los mayores acreedores de la zona, tendrá una posición neta de activos externos de 2,36 billones a cierre de 2014, frente a los 343.000 millones de hace una década.
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