El mes pasado se supo que Google colaboraba con el Pentágono en el desarrollo de ‘Project Maven’, una iniciativa para desarrollar algoritmos para drones militares. Más de 3.000 empleados de la tecnológica han firmado una carta para pedir al consejero delegado, Sundar Pichai, que la empresa no participe en la creación de tecnología de guerra. Aun no se conoce en profundidad en qué consiste ‘Project Maven’, pero por lo que se conoce hasta ahora, la parte que realiza Google se centra en la mejora de las visión de imágenes de los drones y en el desarrollo de una inteligencia artificial que permita a la máquina comprender qué está fotografiando o grabando. La directiva de Google Diana Green, no obstante, ha explicado que su tecnología no se usará para “operar o volar aviones no tripulados” y que “no deberá ser usada para lanzar armamento”. La misiva de los empleados a la dirección de la empresa es sura al respecto: «Este contrato pone en riesgo la reputación de Google y se opone directamente a nuestros valores fundamentales». El texto apostilla también que «construir esta tecnología para ayudar al gobierno de EE. UU. En la vigilancia militar, y los resultados potencialmente letales, no es aceptable». A pesar de que otras empresas del sector, como Microsoft o Amazon, también han colaborado en proyectos de carácter militar, el texto rubricado por los trabajadores de Google recalca que esto no puede ser una excusa para su empresa: “La historia única de Google, su lema ‘Do not Be Evil’ y su alcance directo en la vida de miles de millones de usuarios la distinguen de las demás».
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