La inmunoterapia promete mucho, pero aún no funciona tanto. En cáncer de pulmón, apenas responde el 40% de quienes la reciben. Y a muchos ni siquiera se les ofrece, aunque podría ayudarles más que la quimio. El problema está en que no hay herramientas lo bastante precisas para saber a quién puede beneficiarle realmente.
La startup vasca Hawk Biosystems cree haber dado con la clave. Ha desarrollado una tecnología que no solo detecta la presencia de proteínas como PD-1 o PD-L1 —las responsables de activar o frenar la respuesta inmunitaria—, sino que mide si realmente están interactuando. Esa lectura funcional, publicada ya en estudios clínicos internacionales, permite anticipar con precisión si un paciente responderá a la inmunoterapia.
Su plataforma de biología espacial, QF-Pro®, junto con el dispositivo Violet 3.0, permite analizar in situ el tejido tumoral con una precisión inédita. «Lo que existe hoy te dice cuántos semáforos hay. Nosotros vemos si están en rojo o en verde», explica Fernando Aguirre, CEO de HAWK, para resumir la diferencia entre medir cantidad y evaluar función.
Los resultados clínicos son alentadores: en cohortes retrospectivas de cáncer de pulmón, la tecnología ha permitido identificar pacientes que responderán a inmunoterapia incluso en casos con tumores PD-L1 negativos (<1%), algo que no logran los métodos actuales. El hallazgo podría aumentar significativamente las tasas de respuesta y mejorar la supervivencia. Además, los primeros datos en melanoma, cáncer colorrectal y renal también apuntan en buena dirección.
La tecnología ya está en fase de comercialización internacional, a través de una red de socios estratégicos. Tras recibir más de 2,5 millones de euros en financiación pública y europea, HAWK busca ahora cerrar una ronda de inversión de 2 millones de euros para ampliar su capacidad de producción, reforzar alianzas farmacéuticas y acelerar su expansión global.
Mientras tanto, la compañía ha sido admitida en el programa Entorno Pre Mercado del BME, una antesala a su salida a bolsa, que le proporciona visibilidad institucional y acceso a nuevos inversores.
Desde el País Vasco, un equipo internacional de científicos está redefiniendo la forma en que se seleccionan los pacientes para inmunoterapia. Y puede que, gracias a ellos, pronto deje de ser una apuesta a ciegas.