La vicepresidenta de la Comisión Europea para la Soberanía Tecnológica, Henna Virkkunen, abrió este viernes la puerta a «posponer algunas partes» de la ley de inteligencia artificial que la Unión Europea aprobó hace un año y medio, si las empresas «no están preparadas» para aplicarla en su totalidad.
La normativa, que permite o prohíbe el uso de la inteligencia artificial en función del riesgo que suponga para las personas, ya ha entrado en vigor, aunque su despliegue será paulatino hasta aplicarse por completo, en principio, a partir de 2027.
Desde febrero están prohibidos los sistemas de identificación biométrica y los que puntúan a las personas según su comportamiento o características personales. Tampoco se pueden crear bases de datos faciales si se obtienen de manera indiscriminada a través de internet o de grabaciones audiovisuales.
En cambio, las normas que deberán seguir los modelos de inteligencia artificial generativa están previstas para aplicarse desde agosto de 2025, y las relativas a los sistemas de alto riesgo, en 2026.
«Los objetivos de nuestras normas son muy válidos, quizás ahora más que nunca», aseguró Virkkunen, aunque precisó que «si hay algo, por ejemplo con los estándares y directrices para las que no están preparadas, tenemos que mirarlas o posponer algunas partes de las reglas».
Bruselas debería haber publicado en mayo las directrices para los modelos de inteligencia artificial generativa, con la intención de que entren en vigor el 2 de agosto. Sin embargo, el tercer borrador recibió críticas por parte de los eurodiputados que redactaron la ley, las asociaciones de derechos de autor y el sector académico.
La Comisión trabaja en una cuarta versión del documento y mantiene el objetivo de que se aplique a tiempo.
Además, Bruselas presentará a finales de año un paquete Ómnibus de simplificación digital con el objetivo de reducir las cargas burocráticas a las empresas.