2017 fue el año de los dramas que no tuvieron lugar ni en los mercados desarrollados ni en los emergentes. El presidente Trump no frenó el comercio internacional, Kim Jong-un no comenzó un conflicto nuclear y los mercados de valores no colapsaron tras las subidas de tipos de la Fed. Lo que sí hicieron los mercados de renta variable fue vigilar los fundamentales, con un crecimiento global que se recupera y ganancias que mejoran no solo en los mercados desarrollados, sino también en los emergentes. Francamente, según apuntan desde Robeco, se espera que ocurra más de lo mismo en 2018: «un crecimiento sostenido de los beneficios y los mercados haciendolo bien, siempre y cuando los bancos centrales se mantengan alerta y procedan de acuerdo con el repunte del crecimiento mundial. Esperamos, al menos, tres alzas de tipos y el inicio de la reducción cuantitativa en los EE. UU., por su parte creemos que el Banco Central Europeo no comenzará a ajustar su actual politica monetaria antes de septiembre de 2018″. Al observar los diferentes mercados, se observan, según estos expertos, dos discriminantes principales: en primer lugar las valoraciones, ya que «las acciones europeas están más baratas que las estadounidenses y japonesas, y las de los mercados emergentes son más baratas, en general, que las de los mercados desarrollados». 
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