La fórmula “Abenomics” regresa a primer plano. La tercera economía mundial afronta importantes desafíos tras la caída de las exportaciones, la sacudida de desastres naturales y los efectos del aumento del impuesto sobre las ventas del 8 al 10 por ciento. De ahí que el gobierno del primer ministro, Shinzo Abe, haya dado el paso de tratar de atajar la situación (crecimiento de +0,2 por ciento interanual en el tercer trimestre) mediante un plan de medidas de estímulo (que incluyen gasto fiscal), justo cuando en Europa distintas voces piden a los estados que no lo fíen todo a la actuación del banco central y pongan en marcha un plan de impulso fiscal. ¿Es una tendencia imparable?
Camino marcado hacia planes de estímulo
“Creo que es una tendencia global, casi todos los países salvo EE.UU. -que ya lo hizo con anterioriodad- están presentando planes que son consistentes con una política fiscal expansiva”, asegura Álvaro Sanmartín, economista jefe de MCH Investment Strategies, quien destaca que “el caso de Japón es todavía más claro porque ha subido el IVA y eso tendrá un cierto efecto, de modo que tienen una razón adicional para hacerlo”.
Sanmartín reconoce, no obstante, que los planes expansivos (que también incluyen a Alemania por el tema de las inversiones verdes) “quizás no sean del tamaño que a muchos les gustaría”, pero defiende que no cree que Europa esté en una situación límite que obligue a pensar que esta receta es la única salida sin remedio. “Más bien pienso incluso que las últimas medidas del BCE han sido excesivas porque la desaceleración económica global no se debe a que los fundamentos sean muy malos sino a toda la incertidumbre inducida por el Brexit y por la guerra comercial emprendida por Trump”.
¿Son necesarios estímulos fiscales en Europa?
La nueva presidenta del BCE, Christine Lagarde, forma parte de un grupo creciente que pide medidas de «estímulo fiscal», recortes de impuestos y gasto en infraestructura para impulsar el crecimiento. Sin embargo, el economista jefe de Schroders, Keith Wade, es escéptico en este frente. “Las economías con más margen para aumentar el gasto, en particular Alemania y los Países Bajos, están intrínsecamente ligadas a un gasto limitado” (…) y “ sólo vemos un apoyo limitado por parte de estos gobiernos”. En cambio, sí ve más probable que Reino Unido de un paso al frente en este tema. “Los dos partidos políticos principales están compitiendo por gastar más que el otro. Los datos económicos del Reino Unido se han visto distorsionados por los efectos del Brexit, como ha ocurrido con los stocks de empresas. La economía británica, liderada por el consumo de los hogares, ha resistido bien, pero es probable que el crecimiento siga siendo moderado y que el Banco de Inglaterra se mantenga a la espera”, señala.
Desde AXA IM aseguran que “solo hay un margen fiscal relevante en Alemania, creemos que en 2020 se aplicarán los estabilizadores automáticos, pero que el impulso fiscal adecuado no llegará hasta 2021, cuando las debilidades del mercado laboral empiecen a acumularse”. Pero ¿realmente es necesario a día de hoy?
Al economista jefe de MCH Investment Strategies le parece llamativo que “se pida a Alemania un superestímulo fiscal cuando tiene el paro en mínimos históricos”. Cree que tiene margen para hacerlo pero considera que lo que debería hacer más bien es “aprovechar los tipos bajos para ponerse a invertir en infraestructuras que lo necesitan, pero no porque cíclicamente la situación este muy mal”. A su juicio, un plan claro de estímulo fiscal sólo estaría más justificado si los riesgos comerciales siguen muy vivos, pero también en este punto se muestra convencido de que habrá acuerdo, aunque sea de mínimos.
2019-12-05 10:15:29