La normativa se ha retrasado en dos ocasiones, y es imprescindible para la puesta en marcha de la plataforma, que permitirá al inversor contratarlos de un modo similar a la operativa con acciones o fondos cotizados (ETFs). Dado el menor tamaño de las participaciones, desde BME ya informaron que la idea es que la contratación se realice con hasta seis decimales, algo que la normativa actual no permite y que cambiará con la entrada en vigor de la reforma.
Es un proyecto que el gestor de los mercados españoles viene cuajando desde hace años. Y aunque muestran su desconfianza tras los continuos retrasos en la reforma de Compensación, Liquidación y Registro (prevista ahora para el 27 de abril), son conscientes de la urgencia de una herramienta que ya funciona en otros países como Luxemburgo, Irlanda o Italia.
Durante la entrega de Premios Morningstar, Jorge Yzaguirre, recién nombrado presidente de AIAF, explicó que el proyecto no contempla retrocesiones en la operativa por la distribución de fondos. Sí cobrará las comisiones de contratación y liquidación.
La clave del proyecto es que permitirá al inversor acceder a este tipo de productos a través de brókers, y tal vez suponga una amenaza para las todopoderosas plataformas de distribución de la gran banca.
También podría convertirse en una importante fuente de ingresos para BME, teniendo en cuenta el crecimiento que en los últimos años ha registrado la industria de fondos en España, donde el volumen de activos asciende ya 215.468 millones de euros. Y más del 45% del volumen gestionado está en manos de las gestoras de los tres grandes grupos bancarios del país, CaixaBank, Santander y BBVA.
Un modelo de distribución que con la plataforma de BME podría pasar a dar más importancia a la gestión en el sector. Y también a la transparencia Sobre todo ante las renovadas críticas a ciertas entidades por las agresivas políticas de comercialización y las elevadas comisiones cobradas en algunos de sus productos.
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