¿De dónde nació la idea de crear Feelcapital?
A partir de estudiar otros mercados, como el estadounidense, donde los Robo Advisors están presentes desde 2011, y ya cuentan con ocho millones de clientes y 400 compañías dedicadas a ello. Estudié el modelo para traerlo a España. Pero allí los algoritmos están muy enfocados en la fiscalidad, y en España, gracias a la traspasabilidad con la que solo pagas a Hacienda al vender la posición (no al hacer traspasos entre fondos), tenemos esa parte solucionada. Así que pensé que fallábamos más en la selección de carteras. Junto a matemáticos y expertos de estadística, lanzamos nuestro modelo basado en 4 algoritmos que desarrollan todo en base a la teoría de la cartera de Markowitz. El gran objetivo es encontrar el punto dentro de la frontera eficiente que corresponde a cada uno de nuestros clientes.
La herramienta web está centrada en el asesoramiento, en el que incluyen 3 categorías de inversión: renta variable (España, Europa, Japón, emergentes y EEUU), renta fija (a corto, a largo, corporativa y high yield) y monetarios. ¿Por qué no otros productos como garantizados?
Buscamos categorías que representen el universo de inversión y que sean puras. Los fondos garantizados o de rentabilidad absoluta son productos que no asumen especialidad para el cliente. Están creados por la banca para su propio beneficio. A partir de ahí, nos centramos exclusivamente en el asesoramiento. Les decimos a los clientes qué fondos entre los 25.000 traspasables que hay en España son más adecuados para ellos, y luego van al banco y los piden.
Pero resulta difícil que en una gran entidad comercialicen un producto que no sea propio…
Es cierto. Pero la ley obliga a que los fondos traspasables estén disponibles en todas las entidades financieras. Lo que ocurre es que por principios de comercialización, intentan que el cliente coja el producto que en ese momento ‘está de moda’ en la entidad, con el que suelen sacar más dinero. Se han dado casos en los que el banco llega a alegar aspectos como que determinado fondo tiene, por ejemplo, un mínimo de entrada de 3 millones de euros… y luego se demuestra que no es verdad. Al final, nosotros convertimos al banco en una herramienta de ejecución, con lo que ya se lleva bastante, y el cliente debe saber que el banco debe darle lo que quiere.
¿Son los fondos de inversión el mejor vehículo de ahorro?
En España, para el inversor individual, no hay otro producto. Sobre todo porque puedes permitirte cambiar de estrategia sin coste fiscal, y tú decides cuándo pagas a Hacienda. Y esa ventaja no la tienes con ningún otro activo. En EEUU, por ejemplo, están convencidos de que si el modelo de traspasabilidad que nosotros tenemos lo siguiesen allí, el 95% de los ahorradores estarían en fondos. Nosotros calculamos que la tendencia es creciente en España, y que en los próximos tres años, con los tipos en mínimos, prácticamente el 80% de lo que tenemos en depósitos va a estar en fondos.
¿Cómo valora la irrupción este año de gestoras independientes en el mercado español? ¿Le parecen atractivos sus productos?
Nosotros exigimos un track record de 3 años para que un fondo entre en nuestro universo, entre otras cosas. Hay fondos independientes que llevan más tiempo en el mercado, pero no han alcanzado el patrimonio de 50 millones de euros requerido, precisamente porque los grandes bancos están impidiendo su crecimiento con las agresivas políticas de comercialización. El cliente sigue muy ‘metido’ en que el asesoramiento en fondos está incluido en el precio del banco. Y por eso precisamente no tiene la capacidad de elegir lo que necesita.
¿Cree que el cliente español está dispuesto a pagar por asesoramiento? ¿No considera que puede pasar como en Reino Unido, donde un segmento muy importante del mercado se ha quedado sin ese servicio?
Hay un elemento clave que es MiFID II, cuando el año que viene obliguen a las entidades a develar cuánto cuesta asesorar, cuánto gestionar y cuánto depositar. Actualmente, el cliente de un banco recibe una recomendación para comprar un fondo, y no sabe que ese producto tiene unos costes que está pagando a la entidad. Y nosotros con nuestros precios (15 euros al mes o 150 euros al año), dejamos claro que se puede asesorar por muy poco dinero. Lo que ocurría con los IFAs en Reino Unido es que tenían una parte muy importante del mercado, el 70%. Los asesores independientes subieron costes y pusieron topes de patrimonio, por lo que hubo un segmento del mercado que sí se quedó sin asesoramiento. Pero por eso mismo ahora está empezando el movimiento y hay 3 compañías de Robo Advisors que están cubriendo ese hueco.
Pero, ¿hay cabida para todos los inversores en este modelo?
No. El asesoramiento automático no sirve para todo el mundo. Calculamos que para 2017 unos 300.000 partícipes de fondos van a usar este tipo de herramientas. Y lo lógico es que llegue competencia. Nosotros llevamos ya 14 meses creciendo, con presencia en el mercado y marcando diferencial. En otros países como EEUU esto es una industria en la que si quieres ejercer debes cumplir los requisitos propios de los Robo Advisors con la SEC. Aquí no existe todavía eso.
Es evidente que tendrá que llegar competencia. ¿Cómo afrontan ese escenario?
Para nosotros un mercado en el que somos los únicos no tiene sentido. Ahora, nuestro gran diferencial es el coste. Para una cartera de 60.000 euros conseguimos un ahorro en costes de media de 1.200 euros al año. Pero cuando en el futuro eso sea lo normal, se verá nuestro diferencial en el asesoramiento o la rentabilidad… los bancos se quitarán la careta al decir lo que cobran y ahí se producirá el gran cambio.
Entonces, y a pesar de todo lo vivido, aún falta mucho de cultura financiera.
El cliente debe saber que al mundo de la inversión hay que dedicarle tiempo. Necesitamos más formación financiera y dedicarle el tiempo que se le dedica a otras cuestiones como comprarse un ordenador, o cualquier acto de consumo: saber lo que tienes, elegir proveedores y ver cuál es el que más te gusta. Los bancos no han dado al cliente esa oportunidad. Estamos ante una banca de producto, que no analiza ni quién es el cliente ni sus objetivos.
Pero sí es cierto que ahora el cliente desconfía más de los bancos
Eso es porque no hay claridad en la información. Muchos clientes no saben si lo que tienen es un fondo, un depósito, un bono, un plan de pensiones… Muchas veces ocurren cosas como que el nombre del fondo lo cambian en su propia web para que el cliente no pueda localizarlo. Y lo mismo ocurre cuando te dicen que no puedes comprar fondos de otras entidades en tu banco. Un ejemplo. En las últimas absorciones, hay a ciertos clientes a los que les están obligando a vender fondos internacionales que tenían en su entidad anterior, porque la nueva no es capaz de dar de alta a todos esos productos. Y eso es una estafa. Aquí se ha permitido de todo. La presión comercial de los bancos va encaminada a sacar la mayor rentabilidad posible al cliente.
Con todos estos ejemplos de malas prácticas, ¿qué papel están jugando los reguladores?
Nosotros tenemos una relación continua con la CNMV, cuyo último paso fue advertir sobre la publicidad engañosa en las páginas web de las gestoras, algo que vienen haciendo desde hace mucho tiempo. ¿Por qué crees que los grandes bancos llevan sin hacer campaña de fondos muchos años? Porque entienden que este negocio lo tienen amarrado, y ya están en máximos de patrimonio. Tenemos los fondos más caros de Europa, precisamente porque no hay luz en el sector. Cuando empiece a haberla, los clientes se darán cuenta de que hay fondos, incluso internacionales, con costes muy bajos, que están intentando comercializarse a través de los bancos y estos elevan el coste del producto porque quieren seguir llevándose retrocesiones, que al final son las que mantienen el coste del producto elevado. La CNMV quiere acabar con ese entramado, y que se usen las estrategias de marketing que se llevan a cabo en otros países, donde no se le permite a una entidad decir "mi fondo va bien" y ya está.
Su plan de futuro más inmediato…
Estamos lanzando Feelcapital Pensiones. Un concepto de pensiones basado en nuestros propios fondos de pensiones. La verdad es que no podíamos hacer la optimización porque en el mercado no existe ‘ni uno que se salve’. Y vimos la oportunidad para lanzar fondos de pensiones sin coste y realmente buscando el beneficio del inversor. Serían productos registrados, con un coste anual de 150 euros por cliente. Los lanzaremos para el primer trimestre del año, con un modelo fuera de la estacionalidad marcada por las tradicionales campañas de fin de año. Haremos lo que hemos llamado un’ ciclo de vida’, combinando fondos de inversión y fondos de pensiones para cada uno de nuestros clientes.
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