Un cambio significativo en el panorama político de Estados Unidos y la Unión Europea está a punto de transformar el entorno fiscal global para la industria de la aviación. Este viraje, que genera incertidumbre pero también posibles oportunidades, se debe a un avance hacia la soberanía y la competitividad nacionales, según Vinod Kalloe de KPMG.
En la última década, organismos como el G20 y la OCDE impulsaron una fuerte coordinación internacional para combatir la planificación fiscal agresiva. La Unión Europea, en particular, se caracterizó por un enfoque de «regular, regular, regular y, cuando sea posible, gravar», buscando armonizar las políticas impositivas para las empresas multinacionales.
Sin embargo, los recientes cambios electorales, con un claro giro a la derecha en varios países europeos, están generando profundas transformaciones. Actualmente, nueve estados miembros de la UE tienen socios de gobierno de coalición de extrema derecha cuyo objetivo principal es la soberanía nacional. Esto ha llevado a que la coordinación y armonización internacional en la UE casi desaparezca.
En consecuencia, muchas iniciativas pendientes contra la planificación fiscal agresiva han quedado descartadas. La nueva palabra clave en la UE es ahora «competitividad», lo que podría abrir nuevas vías para las compañías de aviación. Existe una ventana de oportunidad, ya que los políticos de la UE están más abiertos a debatir cómo impulsar la competitividad del sector.