La agricultura vuelve al centro del debate global.
Durante el Foro Hemisférico sobre Agricultura y Seguridad Alimentaria, celebrado en el marco de la cumbre del G7, más de 50 expertos del sector agropecuario coincidieron en la urgencia de trabajar de forma cooperativa para garantizar la seguridad alimentaria y responder a los nuevos desafíos climáticos y geopolíticos.
Organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el foro reunió a líderes del sector privado, representantes de organismos internacionales, académicos y responsables públicos.
Todos ellos coincidieron en la necesidad de reforzar las políticas públicas y apostar por la innovación tecnológica en el campo.
«La agricultura tiene una función indelegable: aumentar la productividad y la competitividad. Esto ha sido histórico y seguirá siendo así», subrayó Manuel Otero, director general del IICA.
A su juicio, la heterogeneidad de las Américas es una fortaleza que puede convertir al continente en un actor clave en el desarrollo de los sistemas agroalimentarios del futuro.
Desde Guyana, el ministro de Agricultura, Zulfikar Mustapha, remarcó que las prácticas sostenibles y la incorporación de nuevas tecnologías ofrecen una oportunidad para transformar el campo: «La agricultura necesita adaptarse a condiciones más difíciles y las comunidades rurales requieren mejores políticas públicas».
Entre los temas abordados, los ponentes analizaron el impacto de los mercados de carbono, el estado de los suelos agrícolas, y el papel de la ciencia para transformar el modelo productivo.
También se insistió en la integración comercial y la colaboración entre países, empresas y universidades como vía para acelerar la transición del sector agroalimentario.