Riesgos en cartera: ¿podemos manejarlos?

La clave para evitar sufrir pérdidas cuando alguno de los activos en cartera cae bruscamente y sin previo aviso, es poder caminar por esa "travesía en el desierto" sin sufrir una sangría en el capital total gestionado. El comportamiento de los flujos de dinero en las últimas semanas dejan en evidencia lo difícil que está siendo para los gestores lidiar con la situación actual del mercado.

Según datos recopilados por Citi, a nivel mundial se han visto salidas de dinero de fondos de equity por valor de 8.700 millones de dólares solo la pasada semana, y entradas de 10.600 millones en fondos de Bolsa. La cuestión clave es dónde se han visto esos movimientos.

Las cifras reflejan "ventas por 7.900 millones de fondos de Bolsa USA, más de 2.200 millones de Bolsa europea y 1.100 millones desde fondos de bolsa emergente", indica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. Las entradas, por el contrario, se han visto en fondos de bolsa japonesa, por casi 5.000 millones de dólares.

Aunque las cifras pueden sorprender, desde la entidad recuerdan que esta tendencia acumula más de 4 semanas consecutivas con reducción de la exposición a Bolsa. "No es sólo la incertidumbre hacia el futuro, se trata de poder gestionar el riesgo de la cartera, algo muy complicado con la volatilidad actual", explican los expertos. "Incluso, pese al descenso de las volatilidades implícitas. Por cierto, con una evolución, la de la volatilidad VIX, que es francamente complicada de valorar", insiste Campuzano.

La importancia de ajustar estos riesgos se vuelve vital para no perder la rentabilidad de la cartera en su conjunto. Una fórmula que suelen emplear los gestores en renta variable, sobre todo los que realizan una gestión activa más a corto plazo, es la de identificar posibles soportes para sus posiciones, en la mayoría de las ocasiones a través de análisis técnicos.

En este escenario, gestionan el riesgo colocando órdenes de stop loss para evitar mayores complicaciones a las estimadas en sus inversiones. La operativa es sencilla: se compra un activo a un determinado precio y se pone freno a las pérdidas en un porcentaje del valor inicial, por ejemplo, el 10%, momento en el que se pondría en marcha la orden de venta de forma automática.
Sin embargo, para realizar este tipo de operaciones, el inversor debe tener muy en cuenta que lo primordial es conservar el capital, "por lo que hay que pensar en la cartera como un conjunto cuando se implementa la estrategia".
 

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