La empresa catalana Sanmy, embotelladora de refrescos más antigua de España, facturó 20 millones de euros el año pasado, un 9 % más, y se propone alcanzar los 25 millones en ingresos en 2028, lo que supondría un crecimiento del 25 %.
Pilar Puértolas, consejera delegada de la compañía, ha asegurado que este año, en el que la empresa conmemora su 130 aniversario, prevé aumentar un 5 % los ingresos.
Sanmy produce anualmente más de 33 millones de litros y combina la fabricación de bebidas propias, como el sifón Geiser, los refrescos Sanmy o las gaseosas La Perla, con la producción para terceros.
La compañía produce, por ejemplo, refrescos de marca blanca para varios grupos de supermercados.
Además del negocio de fabricación, que le reporta un 80 % de sus ingresos, Sanmy también se dedica a la distribución de marcas internacionales como el té Arizona, la energética Crazy Tiger, el agua Ursu Ph9 o los zumos orgánicos Höllinger, entre otras.
Seis millones de inversión en Terrassa
La embotelladora de Sanmy, situada en Terrassa (Barcelona), ha recibido en los últimos tres años una inversión de unos seis millones de euros.
La planta ha incorporado nuevas líneas de producción de última generación tanto en vidrio como en latas.
Según Puértolas, estas inversiones permitirán que la planta esté actualizada al menos durante los próximos cuatro años, de forma que solo será necesario realizar mantenimiento.
Actualmente, la planta opera al 66 % de su capacidad máxima, que es de 50 millones de litros.
En torno al 5 % de la facturación de Sanmy proviene del extranjero, con exportaciones a países como Italia, Portugal o Bélgica. La empresa prevé aumentar sustancialmente el peso internacional en los próximos años.
En esta línea, la planta está preparada para producir en lata, en vidrio o en PET, y Sanmy ya ha lanzado la versión en lata de su sifón Geiser.
Puértolas es miembro de la cuarta generación familiar de esta empresa nacida en 1895.
Preguntada por el impuesto catalán sobre las bebidas azucaradas, que entró en vigor en 2017, lo ha tildado de «arbitrario» y ha lamentado que se «demonice» al sector con medidas de este tipo.
